miércoles, 5 de junio de 2013

Autonomía y bienestar: La vejez

Llama mucho la atención lo normalizada que esta la situación de muchísimas personas mayores, se considera que, por haber llegado a cierta edad no pueden hacerse cargo de ellos mismos, a su vez llama también la atención la cantidad de personas mayores que están básicamente ``abandonadas´´ por sus familiares.

Hay muchísimas familias e instituciones que fomentan diariamente la dependencia de la tercera edad, haciéndolas cada vez mas necesitadas de un asistencialismo que niega en todo momento aprovechar de un modo libre la ultima etapa de sus vidas, siempre por el propio bienestar del anciano/a en cuestión.
Creo que no hace falta reflexionar mucho para darse cuenta que la mejor manera de ayudar a una persona anciana es fomentar mediante ciertas actividades la propia autonomía de la persona, haciéndola responsable de su propia vida y ayudándola solo de una manera que respetase la libertad de la persona.

Si se niega la autonomía a una persona en pro al bienestar de la misma estas anulando su condición de persona libre, incluso en casos de demencia, en los cuales la persona tiene grandes dificultades para valerse por ellos mismos, habría que intentar velar por la propia autonomía de la persona, sobre todo en las primeras fases de la enfermedad. Cosa que no se hace en la mayor parte de las residencias de ancianos, donde prima que no se de problemas y que tengan cubiertas sus necesidades básicas antes que intentar alargar lo máximo posible el tiempo en que esa persona se puede hacer cargo de si misma.

Sigo pensando que el principal problema por el que se niega la autonomía de los individuos en pro al bienestar es lo sencillo que es tomar decisiones por otra persona para que este bien, olvidándose de que esa persona quizá necesita decidir por si misma como va a estar mejor, me parece muy importante no olvidarse que tanto los familiares como los profesionales están tratando con una persona, libre, que esta disfrutando o sufriendo una ultima etapa vital, y que si se fomentase la autonomía de dicha persona en vez de un bienestar prefabricado, se conseguiría en la mayor parte de los casos que los ancianos disfrutasen de esa ultima etapa, en vez de verse convertidos en niños de avanzada edad, dependendientes y muchas veces incomprendidos por aquellas personas que deciden cuidarles de una manera que muchas veces hace que estos ancianos sientan esta ultima etapa, como una de incomprensión, sometimiento y abandono.

David Agarrado Perales

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