En este blog
se habla sobre cuál es la situación existente en los centros de menores tanto
de reforma como terapéuticos y de protección.
Se denuncia
las terribles situaciones que viven los menores en estos centros donde reciben malos
tratos de todo tipo; físicos, psicológicos e incluso ambientales. . Todas las
instalaciones se diseñan pensando en la vigilancia y las medidas de seguridad,
no en su habitabilidad. Las habitaciones son celdas, generalmente con graves
problemas de ventilación debido a las ventanas de seguridad. Los espacios de
los que disponen los menores son mínimos, y su libertad de movimientos es nula.
La vida en el
centro está totalmente regulada por la normativa interna (la escrita y la no
escrita, una especie de "tradición de centro"). Estas delirantes
normativas, cuya aplicación es capaz de desquiciar al adulto más estable, se
basan en una durísima y absurda disciplina cuya única finalidad es anular por
completo la resistencia y la voluntad del menor.
El menor ni
siquiera puede decidir cuándo ir al baño, cuándo beber agua o cuando y sobre
qué temas hablar con sus compañeros. En algunos centros esta situación es
llevada hasta la psicosis permanente, llegando a prohibirse todo contacto
físico del menor con los demás menores o con los trabajadores del centro.
Incluso se llega a sancionar la "comunicación visual no autorizada"
como manera de prevenir que los menores "preparen algo".
Además existen
los aislamientos que pueden durar hasta un mes, los malos tratos físicos que a
veces son grandes palizas e incluso les obligan a ingerir psicofármacos que les
hacen estar drogados.
En definitiva
el paso de los chavales por estos centros no resuelve ni mejora la situación en
que se encontraban antes de entrar a ellos si no que desde mi punto de vista
los empeor.
¿Qué autonomía
tienen estos niños? Podemos asumir la autonomía como el rasgo fundamental de la
madurez del sujeto. Esta autonomía, que nos permite sentirnos a un tiempo solos
y dueños de nuestro proyecto vital, es justamente aquello que hemos logrado merced
a un proceso de maduración cognitiva y afectiva que a estos niños les ha sido
negada desde siempre: las relaciones que los adultos han generado con ellos y
que los centros reproducen sistemáticamente han estado basadas en la dominación
y en el abuso y nunca han logrado un espacio en el que establecerse y ser
respetados, en ninguna de las esferas de su vida. Para ser autónomo es
necesario haberse sentido antes a salvo en algún lugar y en algún momento y
esto es justamente aquello de lo que estos niños carecen.
http://colectivonoaobelen.blogspot.com.es/p/que-pasa-con-los-centros-de-menores.html
Daniel Martín Embarba
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